Antes de la aparición de la odontología moderna, la población experimentaba dolor y pérdida de piezas desde su juventud. Tener los dientes cariados, manchados o mal alineados afectaba a muchas personas. En la actualidad, la mayoría de quienes acuden al dentista se libran del dolor, conservan los dientes toda su vida y lucen una atractiva sonrisa. Se han alcanzado estas tres notables metas gracias a la odontología preventiva, que se centra principalmente en la educación y en las revisiones regulares.
«La misión del dentista es aliviar el dolor, no causarlo».
No obstante, muchas personas evitan ir al dentista. Algunas no buscan tratamiento dental por indiferencia, otras por los gastos que supone y, las hay que por miedo al mismo. Sea cual sea su caso, sería bueno que se preguntara: ¿qué es lo que puede hacer el dentista por mí? ¿Merece la pena hacerle una visita? Para conseguir respuesta a estas preguntas es necesario entender qué tratan de prevenir los dentistas. El dentista puede ahorrarnos el tormento del dolor y la pérdida de los dientes.
Con la colaboración del paciente intenta contrarrestar los efectos de la placa. Las bacterias se alimentan y multiplican gracias a las partículas de la comida; transformando el azúcar en ácidos que atacan el esmalte y hacen que se vuelva poroso. Cuando el esmalte poroso se desmorona origina un agujero que conocemos comúnmente como caries. En esta etapa no hay malestar, pero cuando ésta llega al nervio del diente, suele presentarse un dolor agudo. Si la placa no se elimina se endurece y forma un depósito calcificado llamado sarro que puede hacer que las encías se inflamen y se separen de los dientes formando un hueco o bolsa periodontal donde se acumulan restos de comida si no se busca tratamiento. Además, el tejido que sostiene los dientes puede quedar tan dañado que éstos pueden llegar a caerse.
Los especialistas recomiendan someterse a revisiones una o dos veces al año, dependiendo del estado de los dientes. Si sus dientes están dañados, mal alineados o le falta alguno, le alegrará saber que existen muchas técnicas nuevas para corregir dicha situación y poder devolverle la capacidad de masticar o conseguir que su sonrisa se vuelva más atractiva y mejorar así su calidad de vida. Si usted se revisa ahora, evitará tener problemas en el futuro y no tendrá que someterse a un tratamiento mayor.
La misión del dentista es aliviar el dolor, no causarlo. El tratamiento dental ha dejado de ser la experiencia traumática que nuestros abuelos recuerdan. Puesto que una dentadura sana constituye una mejor salud general y permite disfrutar mucho más de la vida, ¿por qué no nos hace una visita?. Quedará gratamente sorprendido.